En Toscana, una de la gran literatura de Dante, Petrarca
y Boccaccio, nace el italiano moderno.¿Puede
haber una
relación más profunda, Toscanauna deuda
más alta y noblede una nación hacia una
región, a la cual se debe la lengua común?
Pero esoda Europa que se siente deudora a Toscana por
su aporte extraordinario a la cultura europea. EnToscana
nació y se desarrolló, entre los siglos
XIV y XVI, laépoca grandiosadel Humanismo y del
Renacimiento, movimientos que innovaron radicalmente
la cultura y el arte deltiempo, dejando una huella profunda
e indeleble en la civilización europea.
De
eseextraordinario período histórico Toscana,
empezando por su capital Florencia, guardalas máximas
pruebas. Grandes obras de arquitectura civil y religiosa,
esculturas y obraspictóricas de valor artístico
extraordinario, pruebas del trabajo creativo de grandesgenios:
entre todos recordamos a Leonardo da Vinci, Miguel Ángel
Buonarroti, FelipeBrunelleschi.Pero Toscana no es solamente
Florencia.
Está Siena, con su plaza del Campo,todos los
veranos teatro del famoso Palio. En la provincia de
Siena (célebre entre otrascosas
por sus vinos exquisitos como el Chianti y el Brunello),
se destacan Montepulciano y Pienza,extraordinarias joyas
renacentistas y San Gimignano, con sus célebres
torres y casastorreadas.
Después está Pisa, conocida en todo el
mundo por su celebérrimaTorre pendiente; Carrara
con su catedral revestida con el precioso mármol
que toma elnombre de la ciudad; y todavía Luca,
Pistoya, Arezzo, Grosseto, Livorno, Prato, que poseentambién
iglesias y otros monumentos de gran valor arquitectónico
y artístico.Son numerosas las bellezas naturales
toscanas. Entre todas, su paisaje: el típico,único,
el dulce y acogedor paisaje toscano.