David
Herbert Lawrence, famoso escritor inglés, amaba
Italia. La recorrió a lolargo y a lo ancho, a menudo
a pie. Cerdeña lo entusiasmó yél
le dedicóun libro hermoso: "Sea and Sardinia",
donde escribió: "CerdeñaSardegnaestá
fuera del tiempo y de la historia". Naturalmente,
ningún lugar estáfuera del tiempo y de la
historia. No obstante, la afirmación de Lawrence
oculta unaverdad "poética", acoge y simplifica
una sensación que aúnatodos aquellos se
visitan Cerdeña: justamente la sensación
de encontrarse enuna región donde la belleza maravillosa
de la naturaleza, la pureza del mar, ladiscreción
y el carácter austero de la gente, la exquisitez
de tantos platostípicos, las antiguas tradiciones,
las variadas manifestaciones de la cultura de laCerdeña,
nunca cambiarán. No obstante las vicisitudes de
la historia, no obstanteel transcurso del tiempo.
A
esta isla espléndida llegaron los Fenicios, los
Cartaginenses,los Romanos, los Árabes, los Bizantinos,
los Españoles: Cerdeña ha asimiladoy elaborado
todas estas influencias diferentes, las ha integrado en
su propia cultura, pero no hapermitido que su corazón,
su profundo sentimiento, fuese tocado y modificado. Asícomo
el corazón físico de Cerdeña, el
área del Gennargentu(hoy espléndido parque
nacional), ha sido siempre inaccesible para los extranjeros.Todo
esto ofrece un sabor único, original a las vacaciones
en Cerdeña.
El visitantese siente seguro, "garantizado" de esta sensación
de inmutabilidad: como siaquí, también en
las zonas más modernas y urbanizadas de la isla,
todo seconservara más auténtico, más
verdadero que en otros lugares. Y asíen Cagliari,
como en Nuoro, en Sassari como en Oristano, en Alghero
como en la Costa Esmeralda:dondequiera que el turista
elija gozar del mar magnífico o visitar los museos,escudriñar
el misterio de los "nuraghi" o gustar un buen
plato típico.En cualquier parte tendrá la
sensación de hacer la cosa justa, al momento justo
yen el lugar justo.